¿Qué hacer con ella?
Procedía de la galaxia de Bernard. Vino a la tierra en su coche volador, ya que sus alas no le permitían volar por el espacio, ni mucho menos los siete años que tardó en llegar.
El robot encargado de comunicarse con los entes interestelares, fue quien le dio un reloj de pulsera que era un traductor. Claro estaba, que la babosa voladora no tenía brazos ni manos. Así que con una cadena se lo colgaron en forma de collar.
El robot procesaba todos los datos que traía la babosa en su coche, y resultó que traía órdenes de explorar nuestra galaxia para expandirse y reproducirse. Su maletero estaba lleno de minúsculos huevecillos. Se le preguntó de qué se alimentaba, ella contestó que de agua salada y que su coche había captado mucha, y por eso se habían dirigido hasta aquí. No preocuparos —dijo muy tranquilo— sólo viviremos en el agua sin molestar a nadie.
El robot Xixo lo comunicó al consejo y advirtió que en menos de 5 años, los millones de huevos que traía la babosa acabarían con el mar de la tierra. ¿Qué hacer con ella? —Preguntó.
Horrorizados decidieron aniquilarla. Entonces engañaron a la babosa, dándole la bienvenida, la metieron en una burbuja con apariencia de agua salada que estaba llena de ácido.
La babosa y su coche se desintegraron, y los habitantes de la tierra por el momento, se salvaron.
