La fiesta
A todas horas daban la misma noticia. Esa niña secuestrada de 11 años golpeaba su cabeza cada vez que encendía la televisión, o ponía la radio. Estaba empezando a sentir odio por ese tipo de noticias. Esta temporada que estaba en paro, ejercía de ama de casa. Sonó el teléfono y su marido le comunicó que le habían invitado a un castillo para una fiesta de Halloween. No le apetecía mucho, pero aprovechó para ir a comprar unos disfraces.
Llegaron en avión y desde allí los trasladaron en una avioneta hasta el castillo. Cuando llegaron no había nadie, entraron y estaba todo tapado con sabanas, y la escalera tenía un dedo de polvo, que daba la sensación de que no hubiera habido nadie en mucho tiempo. Había también grandes telarañas. De repente se apagó la luz, y un escalofrió recorrió la espalda de Alicia, que dio un gran chillido al sentir algo qué subía por su brazo. La oscuridad era total, y se cogieron de la mano, de pronto se encendió una luz muy tenue al fondo del pasillo, que era larguísimo. Empezaron a caminar muy despacio hacia allí, y de pronto sonó un grito desgarrador, como de una niña. Olga corrió en sentido contrario chillando sin parar, y Alfredo se había quedado paralizado en el sitio. Olga llegó al salón donde no se veía absolutamente nada, y chocó con el sofá y se cayó encima de algo, sin ver nada, toco por encima y estaba encima de alguien, frio, muy frio, y no se movía. Cuando iba a levantarse, algo le agarró por la pierna, por lo que soltó un chillido que hizo que Alfredo viniera hasta ella. El corazón les latía tan fuerte que podrían oírse en la callada noche, la voz tampoco les salía, y solo querían irse. Empezaron a correr sin sentido, tropezando con todo. Saco el móvil y fue alumbrando hasta la puerta de entrada .Le temblaba tanto la mano que la luz apenas alumbraba al mismo sitio. En la esquina sintieron una respiración tan profunda que les helo la sangré… Abrieron como pudieron, y salieron corriendo sin mirar atrás ,tropezando y cayéndose a cada paso, no les importaba, solo querían salir de ahí .Se olvidaron de que habían llegado en avioneta…
Por Alfredo Muñoz